Lucía G. 54 años

Siempre me había atraído el yoga, pero por circunstancias de la vida no había conseguido practicarlo nunca. Además a medida que pasaba el tiempo me parecía más difícil empezar ya que creía que era menos flexible y que en vez de ayudarme me daría problemas y encima me frustraría. Hace un año, Isabel me propuso el FisiomYoga, práctica que unía su larga experiencia como osteópata y de práctica y formación en el mundo del yoga  terapéutico. Y dije, ahora o nunca! A mis 54 soy una persona que me gusta el deporte e intento estar lo más activa posible dentro de las posibilidades de una vida laboral sendentaria. No tenía grandes problemas de dolores musculares, pero si los típicos de tensión en la espalda y ciertas rigideces musculares. Empezamos en septiembre de 2018 con una sesión semanal de hora y media. Al principio lo que más me atrajo eran los ejercicios de relajación previos y al final de la clase. Era una forma de desconectar de todo y de relajarme. Poco a poco fui mejorando los movimientos que Isabel nos va describiendo en la clase. Los explica con toda claridad, transmite paz y tranquilidad y trabajas con la seguridad de que no vas a hacer nada perjudicial para tu cuerpo. Mi tensión en la espalda ha mejorado muchísimo, se como hacer estiramientos que me ayudan a mejorar mis rigideces e intento no mantener posturas que sean perjudiciales (sobre todo consultando el teléfono!!!!). He descubierto el roller para relajarme encima, un placer!!! Ahora estoy deseando que llegue el jueves. Me da pena no poder practicarlo 2 veces por semana, pero hay que ser realista…. aunque estoy segura que llegará un momento en mi vida en que lo conseguiré. Gracias Isabel!