Mi propósito de vida

Cada uno de nosotros posee un don: llegar a conectar con él es una auténtica bendición.

Mi don y mi objetivo en la vida es ayudar a las personas a que se sientan mejor físicamente, a que conozcan su cuerpo, a hacerse responsables de él, a no delegar su salud, a ser capaces de «solucionar» ( o por lo menos intentarlo) una molestia o un dolor que surge, por ejemplo, tras un paseo en la montaña en el que nos podría aparecer un dolor lumbar que sería fácil de solucionar con estiramientos de la parte posterior de las piernas y de toda la espalda; un dolor en la cadera que podría desaparecer dejando de cruzar las piernas las 8 horas que pasamos en la oficina o un dolor de cuello que podría mejorar si leemos por la noche con el libro apoyado en un atril y no apoyando el cuello en la cabecera de la cama.

A veces, nuestras «molestias» o dolores son fáciles de solucionar: el único problema es que nadie, en la escuela, nos enseñó cómo hacerlo: ese es mi papel, mi propósito, mi don.

La respiración en las clases nos ayuda a calmar, un poco, la mente, que es……. la auténtica «jefa»: hemos de ser conscientes de ello. Hacemos ejercicios de respiración, que después puedes llevar a tu vida diaria, al principio y final de las clases.